Según informa hoy el periódico “Daily Mail”, la Marina británica enviará un submarino nuclear a las Malvinas en plena escalada de tensión con Argentina por la disputa de la soberanía de las islas del Atlántico Sur.
En respuesta a esta información, una portavoz del Ministerio de Defensa se ha limitado a afirmar que nunca facilitan información sobre los despliegues de los submarinos.
Esta información sale publicada después de que el Ministerio de Defensa informase hace unos días de que enviará en los próximos meses a las Malvinas el destructor “HMS Dauntless”, un buque de guerra equipado con misiles antiaéreos de alta tecnología Sea Viper.
Según el rotativo, se trata de un submarino tipo “Trafalgar” y puede ser el “HMS Tireless” o el “HMS Turbulent”, que espera estar en aguas de las Malvinas para el próximo mes de abril, cuando se cumplen los treinta años del conflicto que desencadenó una guerra entre el Reino Unido y Argentina por la soberanía de las islas.
El despliegue, siempre según el diario, ha sido aprobado por el primer ministro, David Cameron, y tiene la intención de proteger las islas de una eventual acción militar argentina.
De acuerdo con la información, en el submarino -equipado con misiles de crucero Tomahawk- viajan técnicos que hablan español para escuchar comunicaciones de radio marítimas en la región.
Según Defensa, el envío del destructor “HMS Dauntless” estaba programado desde hace un año y no responde a la escalada de la tensión entre los dos países.
El “HMS Dauntless”, que sustituirá a la fragata británica “HMS Montrose”, es uno de los seis nuevos destructores Tipo 45 con que cuenta la Marina y está equipado con un avanzado sistema de navegación que hace difícil que pueda ser detectado por radar.
El anuncio de su despliegue coincide con la presencia en las islas del príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión a la Corona británica, que llegó el pasado jueves para realizar un entrenamiento como copiloto de helicópteros de rescate.
La presencia del nieto de la reina Isabel II en las islas es particularmente sensible para Argentina, que reclama la soberanía de las Malvinas desde enero de 1833.
En 1982, los dos países libraron una guerra por la posesión de las Malvinas, que empezó después de que los militares argentinos ocupasen las islas el 2 de abril de ese año y terminó dos meses después -el 14 de junio- con la rendición argentina.
Las relaciones angloargentinas atraviesan por un momento de fuerte tensión, después de que varios países latinoamericanos decidieron bloquear la entrada a sus puertos de barcos con bandera de las islas del Atlántico Sur.
En una cumbre celebrada en diciembre en Montevideo, los países del Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- acordaron impedir el acceso de estos buques.
Hace unas semanas, Cameron acusó a Argentina de “colonialismo” por reclamar la soberanía de las islas.
En respuesta a esta afirmación, el Gobierno argentino consideró “ofensiva” la declaración de Cameron, quien insiste en respetar la voluntad de los isleños de mantener la soberanía británica.
En el conflicto bélico de 1982 murieron 255 militares británicos y más de 650 argentinos.
(Con información de EFE)
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