8 de marzo de 2013

Mi comandante será embalsamado, él es historia


Foto Prensa Presidencial
Foto Prensa Presidencial
Kilométricas filas desbordan las calles aledañas a la Academia Militar de Caracas, capital de Venezuela, donde se encuentra el presidente venezolano, Hugo Chávez, en capilla ardiente. La noticia de que su cuerpo será embalsamado fue un alivio para las miles de personas que esperan verlo. “Mi comandante será embalsamado. Él es historia”, dijo Berkis Martínez, agotada tras esperar todo el día sin conseguir verlo.
“Estoy feliz. Es un líder mundial y no está muerto”, afirmó la mujer, de 49 años, totalmente vestida de rojo -color emblemático de los chavistas-, entre el hormiguero que se formaba en una de las entradas de la Academia.
Poco antes, el presidente encargado, Nicolás Maduro, explicó en cadena de televisión: “El cuerpo del presidente Chávez será embalsamado como Ho Chi Minh, Lenin y Mao”, dijo, precisando que de esta forma el pueblo podrá “tenerlo para siempre”. Después del funeral de Estado que se celebrará el viernes a partir de las 15H30 GMT, los restos permanecerán en la capilla por siete días más.
“Lo único que nosotros pedimos es paciencia para que todos puedan entrar en paz, para que no haya un tumulto”, les había dicho en la tarde Maduro, subido en un camión, dirigiéndose a los miles de venezolanos en cola dentro del complejo militar de Fuerte Tiuna, donde está la Academia Militar.
Algunos no conocen bien lo que significa. “¿Cómo es embalsamar?, ¿que quede igual, para la historia como lo vi en el cristal?”, pregunta Maribel Laya, quien dice que Chávez le ayudó a seguir estudiando porque ella sólo tenía el primer grado de primaria y la ayudó a tener un vivienda. La medida vino a calmar las ansias desbordadas porque el viernes el cuerpo iba a ser sepultado. Ahora serán sólo los funerales de Estado.
“Yo lo vi, como siempre sale en la televisión, sentí una gran emoción. Dentro de nosotros, no muere. Embalsamado se pude hacer estudios a fondo como a Bolívar”, expresó Víctor Rebolledo, de 48 años, un pequeño productor agropecuario de Apure.
Sobre los puentes elevados, por kilómetros de calles aledañas y por la avenida de los Próceres -que antecede a la Academia-, las filas parecían interminables. La situación ya estaba al borde del caos. A medida que iban llegando más y más personas, se produjeron algunas avalanchas y hubo escenas de nerviosismo en las filas.
El sol de este miércoles en Caracas fue haciendo mella en los asistentes apretados desde hacía horas en las filas. Varias se desmayaron y tuvieron que ser retiradas de filas y atendidas por miembros del cuerpo de bomberos. “Estamos desbordados, acabamos de llegar con refuerzos”, dijo a la AFP un policía, que no ofreció su identidad.
Para entrar a los predios de la Academia Militar se habilitaron más de cuatro puntos de acceso, pero adentro se formaba una especie de embudo conforme se acercan a la entrada por la que debía ingresar la gente al salón de honor. “¡Chévere! (muy bueno) que den siete días más… y todavía se hace corto. Ayer caminé ocho kilómetros desde el hospital militar (donde murió el martes). Llegué hoy de madrugada y no lo pude ver”, afirmó Antonio Gómez, de 53 años, haciendo una pausa bajo un árbol en un puente cercano a la Academia Militar.
Más de dos millones de venezolanos se han movilizado para despedir a Chávez en la capilla ardiente, según el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas. “Ahora vamos a tener la oportunidad de verlo, ha sido imposible. Esto será muy bueno, para que esté como si estuviera vivo pero en carne muerta. Él es un héroe, un líder político, un segundo Simón Bolivar”, manifestó Carmen Cancineas, vestida en un modesto vestido rojo, cansada de cargar a su niño de dos años.
(Con información de AFP)

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