27 de diciembre de 2012

Obama y republicanos contrarreloj

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El presidente estadounidense, Barack Obama, ha suspendido sus vacaciones familiares en Hawai, su estado natal, para volver al trabajo este jueves en un último intento por evitar que su país caiga en el llamado precipicio fiscal a partir del día uno de enero. Una combinación de subidas de impuestos y recortes automáticos de gasto público que empujaría al país norteamericano a una nueva recesión económica si bien antes republicanos y demócratas no logran un acuerdo para desactivar esta bomba de relojería.
Republicanos y demócratas acumulan a sus espaldas semanas de fallidas negociaciones sobre cómo reducir el déficit y cómo aumentar los ingresos a las arcas del Estado sin mermar la confianza de los consumidores. Estos desencuentos culminaron recientemente con el fracaso del plan B de John Boehner. El líder republicano en la cámara de representantes no consiguió los apoyos suficientes en su propio partido, principalmente del ala más conservadora del Tea Party, para subir los impuestos a los más ricos con rentas de más de un millón de dólares anuales.
A pesar de ello, Boehner ha asegurado en un comunicado recogido por France Presse que “las líneas de comunicación permanecen abiertas” pero pasa la pelota al Senado controlado por los demócratas, partidarios de no ceder en la exención de impuestos a la clase media y en garantizar las prestaciones por desempleo a unos dos millones y medio de ciudadanos.
Oficialmente, no está previsto que este jueves haya ninguna votación sobre el precipicio fiscal en ninguna de las dos cámaras, pero medios estadounidenses apuntan que los demócratas encabezados por Harry Reid, su líder en el Senado, trabajan en un texto que pueda obtener el apoyo de esta cámara y así presionar al Congreso, dónde los republicanos tienen la mayoría.
Un alto funcionario del Gobierno ha asegurado que “todo depende de que la minoría republicana en el Senado (liderada por Mitch McConnell) no vete la propuesta”.
El plan demócrata sería un “parche” que pospondría a 2013 un acuerdo fiscal completo, pero que “provisionalmente” prorrogaría los recortes impositivos aprobados por George W. Bush para la mayoría de los ciudadanos, excepto para los más ricos.
Por otro lado, el pesimismo cunde entre los ciudadanos de Estados Unidos.. Un 48% de los estadounidenses recela de un posible acuerdo que evite el precipicio fiscal, según una encuesta de Gallup recogida por la agencia Reuters. Unas persistentes dudas que han provocado que Wall Street haya cerrado en números rojos este miércoles por tercer día consecutivo.

“Medidas extraordinarias” para posponer la suspensión de pagos

Por otro lado el secretario del Tesoro de EE.UU., Timothy Geithner, ha anunciado que “comenzará a tomar en breve ciertas medidas extraordinarias autorizadas por ley para posponer temporalmente la fecha en la que Estados Unidos entraría en suspensión de pagos”, según ha indicado en una carta al Congreso.
El próximo lunes 31 de diciembre, el Gobierno alcanzará su tope de deuda de 16,3 billones de dólares. Para evitarlo, el Tesoro liberará cerca de 200.000 millones de dólares de margen contable.
Este aviso es similar al emitido el pasado año cuando republicanos y demócratas se enzarzaron sobre la manera de reducir el abultado déficit presupuestario de EE.UU.. La falta de consenso provocó que Standards & Poor’s rebajara la calificación de la deuda estadounidense por primera vez en la historia.
(Tomado de TVE)

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