Por Michel Dalí, enviado especial
Londres, 9 ago (PL) Aunque Usain Bolt goza de enormes simpatías, su carrera esta
noche en el estadio olímpico de Stratford se antoja como la cita con
siete retadores que harán de teloneros, con la esperanza de las preseas
de plata y bronce.
Una arrancada en falso, algún problema físico de última hora. Sólo así
se puede dar el milagro de que el campeón olímpico de los 200 metros
planos en Londres-2012 no sea Bolt. Ni siquiera el otro talento
jamaicano Yohan Blake puede hacerle sombra.
"He trabajado duro
para convertirme en una leyenda del atletismo, pero las hazañas hay que
completarlas no sólo prometerlas y espero cumplir con mi deseo", volvió a
reflexionar el relámpago jamaicano en referencia obvia a las conquistas
anteriores de Carl Lewis.
Si Blake era una amenaza potencial en
el hectómetro, todavía no tiene el dominio de la excelencia del
carismático recordista mundial en las dos distancias.
Los
bólidos de la tierra de Bob Marley tienen la oportunidad asimismo de
revalidar el oro en el relevo 4x100, aún con la baja de Asafa Powell,
lesionado durante la final de los 100 metros.
En el grupo de
soñadores aparecen además el monarca europeo y figura de Francia en la
prueba, Christophe Lemaitre, y el estadounidense Wallace Spearmon, pero
cuidado que además se incluye otro de Jamaica, Warren Weir.
El
ecuatoriano Alex Quiñonez consiguió in extremis el boleto que lo ubica
entre los ocho grandes de los 200 del mundo, una actuación ya de hecho
histórica. Marcó 20,27, una centésima menos que en la ronda
eliminatoria.
Camino al final de los XXX Juegos Olímpicos el
domingo, las esperanzas latinas y caribeñas de este jueves se consagran
básicamente en el cubano Leonel Suárez en el decatlón, su compatriota
Alexis Copello y el bahamense Leevan Sands en triple salto. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario