El déficit de lluvias, las tempranas olas de calor y el incremento de huracanes de alta intensidad inquieta a los científicos congregados en La Habana en un encuentro caribeño promovido por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), creado 1988 en Ginebra, Suiza.
Aunque la región siempre ha sufrido fenómenos naturales destructivos, investigaciones expuestas ahora por los especialistas reunidos en la capital cubana muestran que hay evidencias de que en la actualidad algunos eventos climatológicos en el área ocurren a causa del aumento de la concentración de los gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Según datos divulgados hoy en medios cubanos, en la Isla pueden esperarse sequías más intensas e incluso mayor intensidad de los huracanes que azotan anualmente esta parte del planeta, desde junio a fines de noviembre.
“Para enfrentar la situación Cuba cuenta con un programa de estudios de peligros de vulnerabilidad y riesgos ante desastres naturales”, destacó Gisela Alonso, presidenta de la Agencia de Medio Ambiente.
“Muchos de los resultados obtenidos en esos estudios se incorporan no sólo a los planes de enfrentamiento a desastres, sino también en las nuevas inversiones que se planifican en las zonas vulnerables del país”.
Por otro lado, el analista económico Ariel Terrero, recordó esta mañana, en un programa de radio, que la sequía de 2005, la mayor en un siglo en Cuba, y que costó al país cerca de 3 mil millones de dólares, cifra superior a las pérdidas materiales que provocan aquí huracanes de gran fuerza.
Los especialistas locales coinciden en advertir sobre signos anunciadores de otra sequía devastadora. Uno de ellos es que, de enero a marzo de este año, el déficit pluvial ha sido de 70 por ciento, en una isla sin ríos caudalosos, donde las lluvias son la mayor fuente de agua dulce.
Para redistribuir y almacenar este líquido vital, tras el triunfo de la Revolución, el país multiplicó sus embalses y su capacidad de almacenar agua aumentó de 48 millones de metros cúbicos hasta cerca de nueve mil millones de metros cúbicos.
Recientemente, en la región oriental y tras décadas de escasez de agua debido a averías capitales en su infraestructura hidráulica, actualmente, Santiago de Cuba cuenta con seis embalses, un acueducto y una potabilizadora nuevos.
“El problema es que los embalses no se llenan pese a las costosas obras de ingeniería realizadas”, lamentó uno de los expertos.
La mitad del agua se sigue perdiendo en el proceso de distribución por mal estado de las redes estatales y los grifos domésticos, unido a la falta de recursos económicos públicos y privados para solucionar averías de proporciones nacionales, agregó.
(Tomado de Reforma.com)(Tomado de Cubadebate)
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