El presidente de Bolivia, Evo Morales, tomó hoy juramento a su nuevo gabinete al comenzar su séptimo año en el poder, con nueve nuevos ministros, aunque dos repiten en el Gobierno, y once ratificados, uno con cambio de cartera.
Regresaron al gabinete, en el que no hay independientes ni sorpresas, el exmilitar Juan Ramón Quintana, criticado por la oposición por su línea radical, y Pablo Groux, que ya ocuparon los ministerios de la Presidencia y de Culturas, respectivamente, en el primer mandato de Morales (2006-2010).
Tras dejar el gabinete en 2010, Quintana dirigió una oficina para el desarrollo de las fronteras que preocupa mucho a Brasil, el vecino con mayor límite con Bolivia, según fuentes diplomáticas.
Groux, entre tanto, representó al país en la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Los nuevos ministros son Arturo Sánchez (Obras Públicas), Juan José Sosa (Hidrocarburos), Mario Virreira (Minería), Cecilia Ayllón (Justicia), Juan Carlos Calvimontes (Salud), Felipe Quispe Quenta (Medio Ambiente) y Amanda Dávila (Comunicación).
Sosa, exvicepresidente de la petrolera estatal YPFB, es el séptimo ministro de Morales en solo seis años en la conflictiva cartera de Hidrocarburos, principal fuente de ingresos de Bolivia.
Virreira fue de 2006 a 2010 gobernador de Potosí (suroeste), la principal región minera (segunda fuente de divisas), por el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS).
Cecilia Ayllón, abogada y diputada oficialista, encabezó en los últimos años la comisión de Justicia de la Cámara, que trató leyes criticadas por muchos sectores y dirigió el polémico proceso de selección de candidatos a las elecciones judiciales del pasado octubre, las primeras en las que Morales fue derrotado.
El hasta hoy ministro de la Presidencia, Carlos Romero, pasó a Gobierno (Interior).
Los principales ratificados son David Choquehuanca (Exteriores) y Luis Arce (Economía), los únicos que permanecen desde 2006.
También siguen Rubén Saavedra (Defensa), Claudia Peña (Autonomías), Viviana Caro (Planificación), Nemesia Achacollo (Desarrollo Rural), Teresa Morales (Desarrollo Productivo), Roberto Aguilar (Educación), Daniel Santalla (Trabajo) y Nardi Suxo (Lucha contra la Corrupción).
El retorno más sonado es el de Quintana, considerado “hombre fuerte” de la primera gestión de Morales.
El líder de la centrista Unidad Nacional (UN), el empresario Samuel Doria Medina, afirmó por Twitter que “con Juan Ramón Quintana nuevamente como ministro de la Presidencia, éste es el gabinete del terror”.
El senador opositor Bernard Gutiérrez dijo a Efe que el retorno de Quintana “no es una buena señal” porque “es una persona que genera desconfianza”.
“Si el Presidente estaba buscando convencer a alguien de que quería construir un escenario de reconciliación, queda claro que con la designación del ministro Quintana no hay ni que dudar que este año va a ser muy difícil y complicado”, agregó.
Para el analista Carlos Cordero, los cambios ponen en evidencia la “crisis” gubernamental por el retiro del apoyo de los indígenas y el distanciamiento de las clases medias, por lo que consideró que Morales ha optado por privilegiar su relación con las Fuerzas Armadas y fortalecer la “línea dura”.
“Ante la crisis, se apoya en instituciones y personas que puedan dar fortaleza frente a los conflictos y, al mismo tiempo, hay una sensación de pérdida de capacidad de diálogo”, dijo Cordero a Efe.
El apoyo a Morales cayó a la mitad en los últimos años, desde el 70 % que tenía en enero de 2010, tras ser reelegido en 2009, a un 35 % en diciembre pasado, según la encuestadora Ipsos.
Analistas y medios han atribuido el descenso a su enfrentamiento con los indígenas amazónicos que marcharon en 2011 por 66 días en defensa de una reserva natural.
El nacionalista y populista Morales, mestizo de origen aimara, inició su segundo mandato en 2010 con un gabinete con paridad de género, de 10 hombres e igual número de mujeres, pero ahora hay 13 varones y 7 ministras.
El mandatario encomendó a su nuevo gabinete aplicar las conclusiones del llamado “encuentro plurinacional”, reunión en la que sus leales esbozaron recientemente en la ciudad central de Cochabamba una nueva agenda oficialista.
Allí se planteó restringir a los extranjeros la posesión de tierras, nuevas leyes de control de la prensa, supervisión de organizaciones no gubernamentales e industrialización de recursos naturales, meta esta última que Morales viene prometiendo desde hace años, sin resultados concretos.
(con información de EFE)
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