Centenares de estudiantes de una escuela de la Florida se echaron a la calle para protestar por la muerte del adolescente negro Trayvon Martin, asesinado el pasado 26 de febrero por un vigilante voluntario en una urbanización privada, y para quien la familia del muchacho exige enjuiciamiento.
Los alumnos del colegio Crol City High School, de las afueras de Miami, donde residía el joven de 17 años, quien estaba desarmado cuando fue agredido, manifestó en las calles su indignación y durante la noche se esperaba una nueva protesta en la ciudad de Orlando, encabezada por el reverendo y activista afroamericano Al Sharpton.
«Lo mínimo que tendría que ocurrir es que el jefe de policía fuera retirado de sus funciones, que fuera despedido. Él mismo tendría que retirarse voluntariamente si ama a su ciudad, al menos hasta que todo esto esté aclarado», dijo este jueves el activista en una entrevista de televisión.
Poco después se conoció que Bill Lee, jefe de Policía de la localidad de Sanford, donde se cometió el crimen, anunció que se retirará de la investigación de la muerte del joven, y declaró a la prensa «Mi implicación en este proceso está eclipsando el curso de la investigación. Por ello, creo que debo retirarme temporalmente».
Trayvon Martin fue disparado cuando se dirigía a casa de su padre en una urbanización privada de la localidad de Sanford, en las afueras de Orlando (Florida), tras haber salido a comprar té frío y caramelos a una tienda cercana, artículos que llevaba en sus manos cuando George Zimmerman le disparó.
En la conversación con la policía, Zimmerman informó de que un «negro caminaba con algo en las manos y actuaba de manera sospechosa». Pese a que el operador le dijo que se retirara, el vigilante se encaró con Martin y, tras un enfrentamiento, le disparó un tiro en el pecho que le causó la muerte.
Zimmerman ni siquiera fue arrestado porque se acogió a la polémica ley de defensa propia promulgada en 2005 en Florida, denominada «Stand Your Ground Law», que permite recurrir a «medidas de fuerza letales» para defenderse ante una amenaza.
El caso ha tomado un tinte racial y ha generado la indignación de la comunidad negra estadounidense, que el martes protestó frente a la oficina de la Fiscalía de Sanford para exigir la detención del vigilante.
El miércoles por la noche más de un centenar de personas se concentró también en Liberty City (a las afueras de Miami), donde residía Martin, portando latas de té frío y bolsas de caramelos como las que llevaba el joven cuando murió, y reclamaron el arresto de Zimmerman agitando pancartas en las que se leía: «Trayvon hoy, ¿quién mañana?» o «Justicia para Trayvon».
Los padres del adolescente, Tracy Martin y Sybrina Fulton, han impulsado una petición de firmas a través de Change.org que registraba un ritmo de unas mil firmas por minuto y han recogido ya mas de un millón de rúbricas para que se enjuicie al guardia que le disparó a Travoy.
Por el momento, la Comisión del Ayuntamiento de Sanford, al norte de Orlando, votó una moción de censura contra el jefe de la policía, Bill Lee Jr.; sin embargo, la medida no es obligatoria y la comisión no tiene autoridad para despedirlo.
Mientras, el Departamento de Justicia de Estados Unidos y un gran jurado de Seminole, Florida, han anunciado que investigarán, por separado, la muerte del adolescente, al tiempo que el administrador de Sanford, Norton Bonaparte, ha convocado una conferencia de prensa para ofrecer más explicaciones sobre el proceder de las autoridades.
El caso está recibiendo cobertura en Estados Unidos y se han realizado protestas en varios lugares, entre ellas la llevada a cabo en la noche del miércoles por los indignados que han vuelto a ocupar la plaza Union Square de Nueva York, y a la que asistieron los padres de Trayvon Martin.
Las manifestaciones se están llamando «Marcha de un millón de encapuchados», porque los asistentes visten sudaderas con capucha como la que llevaba el adolescente cuando fue baleado.
(con información de Aporrea/agencias)
No hay comentarios:
Publicar un comentario