11 de noviembre de 2010

Un dato explica toda la guerra de Iraq: ahora todas las petrolíferas son privadas


10 Noviembre 2010 3 Comentarios
Sami Näir, durante la entrevista antes de la conferencia. :: MARIO ROJAS

Sami Näir, durante la entrevista antes de la conferencia. Foto: MARIO ROJAS, El Comercio Digital

Hace apenas dos semanas pasó por Madrid para presentar un libro con 30 años de ensayos y reflexiones políticas y culturales con un título que es todo un reflejo de su labor de investigación: La Europa Mestiza. Inmigración, ciudadanía y codesarrollo (publicado por Galaxia Gutemberg’. Círculo de Lectores). Este mestizaje, según dice, es un proceso irreversible. Ayer, Sami Naïr, sociólogo, filósofo y catedrático de Ciencias Políticas -por resumir su extensísimo currículo-, se acercó a Oviedo invitado por el Instituto de Estudios para la Paz y la Cooperación.

Una de las facetas más destacadas de este argelino de nacimiento (Tlemcen, 1946) se centra en la lucha de los derechos de los inmigrantes. Porque Europa ha cambiado mucho en los últimos años y las migraciones ya se no se realizan entre países, como ocurrió hace cuatro o cinco décadas, sino que proceden de todas las partes del mundo.

¿Ha sabido la sociedad occidental aceptar este fenómeno? Su respuesta viaja entre el ‘depende’ y el ‘no’. “No hay un modelo genérico. Cada país intenta solucionar los problemas y respetar los derechos de los humanos, aunque no en todas partes. Desde luego que hay mucho trabajo que hacer. La situación actual no es satisfactoria”. Y parte de la culpa se deriva de que “Europa no actúa como conjunto político” y no ha sabido integrarlos, al no respetar su historia y obligarles a fusionarse con el nuevo país de residencia. Apunta al último caso polémico, la expulsión de los judíos en Francia, que en numerosas ocasiones ha tachado de vergonzosa.

Naïr habló de este asunto en su conferencia en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo. También de las relaciones de Europa con los países de Mediterráneo, donde observa un panorama poco esperanzador. “Hay fracturas demográficas, económicas, comerciales, humanas y un conjunto de conflictos abiertos como en el Oriente Medio, entre Palestina e Israel, el terrorismo de Argelia… Es una situación gravísima que se encuentra a las puertas de Europa”, resume el sociólogo.

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