Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), fue electa presidenta de Brasil, según datos del Tribunal Superior Electoral.
Escrutado el 92,5% de los votos, Rousseff obtiene el 55,4%, contra el 44,5% del opositor José Serra, con lo cual la elección está matemáticamente definida.
Rousseff asumirá el 1ro. de enero para un mandato de cuatro años, que vencerá el 31 de diciembre de 2014. Es la primera mujer que gana la presidencia de la mayor economía de América Latina, la octava del mundo.
Ella recibirá la banda presidencial de su mentor político, el presidente Luiz Lula da Silva.
El difícil reto de suceder a Lula
Rousseff enfrenta el gran reto de suceder al popular Luiz Inácio Lula da Silva y continuar el proyecto que en los últimos ocho años redujo la desigualdad social, prácticamente erradicó el desempleo y logró un crecimiento económico sostenido, que coloca hoy a Brasil como la octava potencia mundial.
La economista de 62 años, divorciada, con una hija y uno nieto, nació en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais. Rousseff es hija del inmigrante búlgaro Pedro Rousseff y de la maestra Dilma Jane da Silva, según los datos biográficos publicados en su página de internet.
Su trabajo fue consagrado durante el gobierno del presidente Lula como ministra de Minas y Energía y,desde 2005, como ministra-jefe de la Casa Civil, puesto donde tuvo bajo su mando las principales acciones del poder ejecutivo.
Dirigió el Programa de Aceleración del Crecimiento, así como los proyectos sociales Luz para Todos, Mi Casa, Mi Vida, y definió las reglas para la exploración y explotación de los enormes yacimientos de petróleo y gas hallados en aguas ultraprofundas del mar frente a la costa Atlántica.
Pero antes de llegar a esos puestos, Dilma participó desde muy joven en los movimientos de resistencia a la dictadura militar (1964-1985), fue detenida en Sao Paulo y estuvo presa durante tres años. Tras ser liberada, en 1973, se radicó en Porto Alegre, capital del estado de Río Grande do Sul.
En la Universidad Federal de ese territorio concluyó sus estudios de Economía y, a finales de la década de 1970, luchó por la amnistía para los brasileños que habían perdido sus derechos civiles y fueron perseguidos y expulsados del país por el régimen militar.
En esa época y conjuntamente con su entonces esposo, Carlos Araújo, ayudó a fundar el Partido Democrático Laborista (PDT) de Río Grande do Sul, del cual fue militante activa, al lado de figuras históricas de la política brasileña, como Leonel Brizola.
Participó en el movimiento llamado Diretas Já, considerada la mayor movilización civil de la historia reciente brasileña, la cual culminó con el regreso de la democracia en 1985.
Un año después, ocupó la Secretaría de Hacienda del municipio de Porto Alegre.
En 1993 asumió la Secretaria de Minas, Energía y Comunicación del estado de Río Grande do Sul, durante el gobierno de Alceu Collares y fue ratificada en ese mismo puesto en 1998 por el gobernador Olívio Dutra.
Rousseff ingresó en el PT en 2001 y un año después Lula ganó los comicios generales para ocupar la presidencia de Brasil.
El mandatario la nombró ministra de Minas e Energía1, cargo en el cual tuvo la responsabilidad de la reestructuración del sector eléctrico.
En 2005, la eficiencia de Rousseff ya era ampliamente reconocida dentro y fuera del gobierno. Lula la designó al frente de la Casa Civil y, por consiguiente, de la coordinación del trabajo de todos los ministerios.
Su trabajo fue reconocido nacionalmente por la coordinación del Programa de Aceleración del Crecimiento, un conjunto de políticas económicas que ha priorizado las inversiones en infraestructura, como saneamiento, viviendas, transporte, energía y recursos hídricos.
Rousseff lanzó programas estratégicos como Mi Casa, Mi Vida, que prevé la construcción de un millón de casas para beneficiar fundamentalmente a los brasileños de menos recursos.
Por su destacado desempeño en el gobierno y sus méritos personales, Lula la escogió para ser la candidata del PT para sucederlo en el cargo, y logró convencer a sus simpatizantes, que ascienden a casi el 85 por ciento de la población, de que ella es la persona idónea para continuar los programas y las políticas de su gobierno.
Tal vez ahí esté también la enorme responsabilidad de Rousseff a partir del 1 de enero de 2011: sustituir a Lula, el presidente más popular de la historia de Brasil y un hombre sumamente carismático y cautivador de las masas, pese a ser, como él mismo se encarga de repetir, un obrero metalúrgico con sólo cuarto grado de escolaridad.
Con información de ANSA y Prensa Latina
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