22 de noviembre de 2010

Impecable actuación en Santiago de Cuba del bailarín Carlos Acosta


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Escrito por M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón
ImageSantiago de Cuba, nov 22.- La noche del domingo fue inolvidable para el público de esta ciudad amante de la danza, al disfrutar de una actuación impecable de esa leyenda que responde al nombre de Carlos Acosta. Más de 2 500 personas llenaron la sala principal del Teatro Heredia, en la Avenida de las Américas, y aplaudieron delirantemente, primero la aparición del bailarín en el escenario, y luego cada una de sus ejecuciones.

Y en verdad, Acosta bailó impecablemente. Y no solo eso: presentó por primera vez en Cuba, la Suite of Dance, coreografía de Jerome Robbins con música de Johann Sebastián Bach, ejecutada por Amparo del Riego en el violoncello.

“Es una pieza bien compleja y antes no se había presentado en Cuba, así que esta ciudad con un público tan amoroso y tan cálido, ha tenido el privilegio de ser el primero en verla”, dijo Acosta minutos después de su presentación.

El programa contó con el respaldo de Amparo, en el chello, y del piano de Lisandra Rodríguez, además de la presentación de la invitada Laura Ríos, de Danza Contemporánea de Cuba, quien hizo Cara o cruz, coreografía de Jorge Abril y música de Guido López Gavilán y Zenaida Castro Romeo.

“Les bourgeois”, coreografiada por Ben Van Cauwenbergh y música de Jacques Brel, y “Two”, coreografía de Russell Maliphant y música de Andy Cowton, completaron el regalo de Carlos Acosta para el público santiaguero, que ocupó hasta los pasillos del majestuoso “Heredia”, mientras otra parte no alcanzó a ver al bailarín y se contentó con esperarlo a la salida, para ofrecerle un delirante y sonoro saludo.

Carlos Acosta manifestó que desea tener más tiempo para compartir con el público cubano; que esta gira nacional que incluye mañana la ciudad de Camagüey, en el Teatro Principal, Y EL Teatro Terry, en Cienfuegos, el jueves 25, siempre a las 20:30 horas, es un primer intento de él para materializar ese sueño que acaba de conseguir en Santiago de Cuba.

Tuvo palabras de elogio para el público y mostró una identificación muy especial con este: “es difícil que pueda encontrarme en otro lugar del mundo, gente tan admirable como los santiagueros”, agregó.

Con una escenografía sobria, totalmente: luces, un atril, una silla para la chellista, y el piano, solo el cuerpo de Carlos con su maestría, exactitud danzaria y un antológico dominio del baile, acaparó la atención del auditorio.

En fin: la actuación de Carlos Acosta en Santiago de Cuba vino a confirmar porqué es considerado una luminaria de la danza y del ballet en el mundo, desde su lugar en la escena cubana y como artista invitado de prestigiosas compañías como el Royal Ballet de Londres, el American Ballet Theater de New York, y el Ballet Kirov, de San Petersburgo, entre otras célebres agrupaciones.

Al concluir sus estudios de ballet en 1991 en la Escuela Nacional de Ballet de La Habana, Acosta mostraba ya un currículo en el que aparece haber sido alumno de Ramona de Sáa, entre otros profesores y prueba de su excelencia desde el principio, es que en 1991 ingresa en el Ballet Nacional de Cuba, en el que alcanza en 1994 la categoría de Primer Bailarín.

El joven cubano, convertido ya en una leyenda mundial del baile, ha integrado, además, el elenco del Ballet del Teatro Nuovo de Turín, Italia, donde actuó junto a Luciana Savignano; el English National Ballet, de Inglaterra, y el Houston Ballet, de Estados Unidos de América.

Durante su carrera, Acosta ha sido artista invitado del Teatro Teresa Carreño de Caracas, Venezuela; del Ballet de Santiago de Chile, y de la Gala de Estrellas del Ballet Mundial, presentado en las más importantes plazas teatrales del mundo.

El arte depurado de Acosta, y un repertorio que incluye roles principales de la gran tradición romántico-clásica, y coreografías contemporáneas cubanas y extranjeras, lo han llevado a numerosos escenarios de Europa, Asia y América, y en reconocimiento a su maestría danzaria, ha recibido importantes premios nacionales e internaciones, en los Concursos Juveniles de Ballet y Danza de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC); el Grand Prix de Lausana, Suiza (1990); el Grand Prix de la Bienal de la Danza de Paris (1990); el Premio "Vignale Danza", Italia (1990); el Premio al Mérito en el Concurso para Jóvenes Talentos de Positano, Italia (1991); y el Premio a los Jóvenes Artistas "Fundación Princesa Grace", de Estados Unidos (1995). Mereció el Premio Laurence Oliver 2007 al mejor espectáculo presentado en los escenarios londinenses durante 2006.

Luminaria cubana del ballet mundial, sin embargo Carlos Acosta es uno de los artistas más sencillos, amable y comunicativos, de ahí la empatía que consiguió con el público y con la prensa, con los trabajadores del Teatro Heredia y con las personalidades santiagueras con las que compartió.

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