Un informe del Ministerio del Interior sobre estas actividades entre enero y junio últimos y los principales resultados del enfrentamiento, es comentado en el artículo Disminuyen las cifras, no las amenazas, publicado hoy por el diario Granma.
Estos datos reflejan que los recalos de drogas en costas cubanas (77 hechos con mil 32 kilogramos), las operaciones de narcotráfico internacional en el canal marítimo y en la frontera aérea, constituyen las principales amenazas y vías que pueden dañar los ingentes esfuerzos del país contra este flagelo.
Aunque disminuyeron los avistamientos de medios navales sospechosos (15), en junio fue capturada una embarcación que navegaba de Jamaica a Bahamas, tripulada por tres bahameses con 541 kilogramos de marihuana a bordo, prueba
de las afectaciones potenciales de las organizaciones criminales en las cercanías de Cuba, añade.
En la frontera aérea se frustraron 12 operaciones de narcotráfico internacional, en las que se aseguraron 7,1 kilogramos de drogas, con 12 extranjeros detenidos.
Se pudo determinar en algunos de esos casos la participación de cubanos radicados en el exterior o con permiso de viaje, en su organización, preparación o financiamiento, expresa el trabajo periodístico.
Del 16 al 22 de marzo, en el Aeropuerto Internacional José Martí se frustraron cuatro operaciones de tráfico internacional de drogas, con el empleo de “correos ” con sustancias ingeridas, con un total de 185 cápsulas de cocaína y 74 de heroína.
Igualmente fue descubierta una red de narcotráfico organizada desde EE.UU., en la que sus involucrados utilizaron una agencia de paquetería y remesas radicada en Miami para tratar de introducir marihuana oculta en envases de cereales.
También disminuyó la cantidad de drogas ocupadas en el ámbito interno, donde se aseguraron 10,6 kilogramos de esas sustancias, menos de la mitad de los 27,2 kilogramos incautados en el primer semestre del pasado año.
Aunque son bajas las cifras de drogas incautadas y menor la cantidad de hechos detectados en la Isla en lo que va de 2010, la gravedad del fenómeno en casi todos sus vecinos, socios comerciales y emisores turísticos obliga a una batalla permanente que no admite descuidos, subestimación ni rutinas en la prevención y el enfrentamiento.
(Con información de DPA)
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