4 de diciembre de 2016

Un adiós a Fidel en Santa Ifigenia

El General de Ejército Raúl Castro rindió honores a Fidel al pie del mausoleo que guarda los restos del Comandante en Jefe, en el Cementerio de Santa Ifigenia. Foto: Marcelino Vázquez Hernández/ ACN
El General de Ejército Raúl Castro rindió honores a Fidel
 al pie del mausoleo que guarda los restos del Comandante
 en Jefe, en el Cementerio de Santa Ifigenia.
 Foto: Marcelino Vázquez Hernández/ ACN
A las 6:50 de la mañana entran por el portón del
 Cementerio de Santa Ifigenia las cenizas de Fidel Castro.
 Hace una mañana espléndida de domingo, inusitadamente
 fresca en esta ciudad caribe, como si se hubieran confabulado
 los vientos para recibir al Comandante en Jefe sobre la tierra
 de Cuba.
Cuando frente al edificio administrativo de Santa Ifigenia se
 detiene el armón militar que ha peregrinado con la urna de cedro
 por casi toda la Isla, ya están alineados los miembros del Buró
 Político, con el General de Ejército Raúl Castro Ruz a la cabeza,
 en la explanada contigua frente al austero monumento donde
 reposarán las cenizas. El mausoleo es una piedra pulida, igual que
 las que abundan en los márgenes del Río Cauto, solo que esta es
 de granito y proviene del yacimiento de Las Guásimas, al este de
 Santiago de Cuba. En el corazón de la roca, hay un tajo cuadrado
 donde va la urna, protegida por una placa que lleva grabado una
 sola palabra: Fidel.
Hay otros detalles que conmueven de este lugar, delimitado por
 helechos, palmas y las califas moradas de la Sierra Maestra, que
 también acompañan el Mausoleo de los Combatientes del Segundo
 Frente, donde yace Vilma Espín. A la derecha, una pared de
 hormigón donde se puede leer, en letras doradas, el concepto de
 Revolución que expresó Fidel el 1 de mayo de 2000 y que los
 cubanos han refrendado en estos días de luto.
Fidel no está solo en Santa Ifigenia. Lo acompañan cubanos que
 él adoró en vida, comenzando por José Martí, los mártires del
 ataque al Cuartel Moncada y los caídos en misiones internacionalistas.
 En el horizonte, las montañas de la Sierra Maestra. A unos pasos de
 su tumba, Carlos Manuel de Céspedes, Mariana Grajales, 32
 generales de las guerras de Independencia contra el colonialismo
 español, los hermanos Frank y Josué País….
Cuando la banda de música interpreta las notas de la cantata
 “Eterno Fidel”, la pequeña urna que se guardaba dentro de la caja
 de cedro, llega hasta las manos de Dalia Soto del Valle, su esposa,
 que es la estampa de la dignidad y el dolor. Detrás de ella está la
 familia y justo frente, al otro lado del Mausoleo, más de 40 invitados
 internacionales, amigos del Comandante y personalidades que
 asistieron ayer al acto en la Plaza Antonio Maceo. Cuando el arca
con las cenizas llega hasta Raúl, sus manos ya no tiemblan. La
 coloca contra su pecho, la alza hasta el orificio en el interior de
 esta gran piedra y se le escapa un largo suspiro. Este momento
 de la ceremonia no dura más de tres minutos, pero pesan como
 horas sobre los hombros de todos los presentes. Corren lágrimas
 en los rostros de los curtidos guerrilleros, de las mujeres y
 hombres que están aquí. Pero no hay lamentos, ni gritos, ni gestos
 que distraigan la solemnidad de estos instantes.
A lo lejos solo se escucha la marcha que viene desde la Plaza
 Antonio Maceo hasta las cercanías de la necrópolis:
 “Yo soy Fidel”, “Yo soy Fidel”, y ese es el único sonido que se
alternará, como un eco allá a lo lejos, durante toda la ceremonia
 con el Himno Nacional, la música luctuosa, los pasos firmes de
 los soldados del Departamento de Ceremonias de las Fuerzas
 Armadas y las salvas de la artillería.
Después de colocar la tapa en el nicho, todo ocurre mucho más
 rápido. Toque de atención. Himno Nacional. 21 salvas de cañones.
 Una grabación con la voz de Fidel que nos devuelve el
 concepto de Revolución. Relevo de la guardia de honor, tanto la
 formada previamente ante el Mausoleo de Martí, como la que
 escolta el lugar de reposo de Fidel. Los presentes, incluidos las
 escoltas y los compañeros que cuidaron al líder de la Revolución
 en sus últimos años, depositan rosas blancas en la base del panteón.
 La fila comienza con Raúl y termina con el argentino Diego Armando
 Maradona, y entre uno y otro los presidentes Nicolás Maduro
Venezuela-, Daniel Ortega –Nicaragua-, Evo Morales –Bolivia-,
 Denis Sassou-Nguesso –Congo-, Malatu Teshome –Etiopía-,
Alfred Marie-Jeanne –presidente del Consejo Regional de La
 Martinica- y los ex mandatarios, Luiz Inacio Lula da Silva y
 Dilma Rousseff, de Brasil.
Como se había anunciado previamente, ha sido una ceremonia
 solemne y privada. Y aunque no se dijo
 en la nota que anunció la despedida en Santa Ifigenia, no
 sorprende que también sea profundamente conmovedora,
 escoltada por sus seres y muertos queridos, sin más lujo que
 el que poseen las piedras y los helechos de las montañas. A las
 7:40 de la mañana salieron los últimos dolientes del cementerio
 de Santiago de Cuba. Fidel descansa en paz.
 Hasta siempre, Comandante.

Raúl recibe la urna donde están las cenizas de Fidel. Foto: Marcelino Vázquez Hernández/ ACN
Raúl recibe la urna donde están las cenizas de Fidel.
 Foto: Marcelino Vázquez Hernández/ ACN
Raúl deposita en la piedra la pequeña urna donde están las cenizas de Fidel. Se escucha un suspiro hondo. Foto: Marcelino Vázquez Hernández/ ACN
Raúl deposita en la piedra la pequeña urna donde están
 las cenizas de Fidel. Se escucha un suspiro hondo.
 Foto: Marcelino Vázquez Hernández/ ACN
Raúl deposita la pequeña urna con las cenizas de Fidel. Se escucha un suspiro hondo. Foto: Marcelino Vázquez Hernández/ ACN
Raúl deposita la pequeña urna con las cenizas de Fidel.
 Se escucha un suspiro hondo. Foto: Marcelino Vázquez
 Hernández/ ACN
Los presentes, incluidos las escoltas y los compañeros que cuidaron al líder de la Revolución en sus últimos años, depositan rosas blancas en la base del panteón. Foto: Marcelino Vázquez Hernández/ ACN
Los presentes, incluidos las escoltas y los compañeros que
 cuidaron al líder de la Revolución en sus últimos años, depositan
 rosas blancas en la base del panteón. Foto: Marcelino Vázquez 
Hernández/ ACN
El mausoleo es una piedra pulida, igual que las que abundan en los márgenes del Río Cauto, solo que esta es de granito y proviene del yacimiento de Las Guásimas, al este de Santiago de Cuba. Foto: Marcelino Vásquez Hernández/ ACN
El mausoleo es una piedra pulida, igual que las que abundan
en los márgenes del Río Cauto, solo que esta es de granito y
 proviene del yacimiento de Las Guásimas, al este de Santiago
 de Cuba. Foto: Marcelino Vásquez Hernández/ ACN
Honras fúnebres del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, en el Cementerio Santa Ifigenia. Foto: Periódico Sierra Maestra
Foto: Periódico Sierra Maestra
Honras fúnebres del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, en el Cementerio Santa Ifigenia. Foto: Periódico Sierra Maestra
Foto: Periódico Sierra Maestra
Honras fúnebres del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, en el Cementerio Santa Ifigenia. Foto: Periódico Sierra Maestra
Foto: Periódico Sierra Maestra
Honras fúnebres del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, en el Cementerio Santa Ifigenia. Foto: Periódico Sierra Maestra
Foto: Periódico Sierra Maestra
Honras fúnebres del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, en el Cementerio Santa Ifigenia. Foto: Periódico Sierra Maestra
Foto: Periódico Sierra Maestra

Reporte de la cadena TeleSur sobre la ceremonia

de inhumación de las cenizas de Fidel

Tomado de Cubadebate 


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