Washington,
4 dic (PL) El presidente estadounidense, Barack Obama, recibirá hoy a
gobernadores demócratas y republicanos para dialogar sobre el riesgo del
precipicio fiscal, en un intento para mover la opinión pública cuando
las negociaciones sobre el tema siguen estancadas.
Según el programa previsto, el dignatario demócrata conversará con los
jefes ejecutivos de Arkansas, Delaware, Oklahoma, Colorado, Minnesota,
Utah y Wisconsin, y luego ofrecerá una rueda de prensa.
La cita
forma parte de una agenda iniciada la semana anterior y que incluyó
encuentros con propietarios de pequeños negocios y grandes consorcios en
Washington y Pensilvania para explicar la necesidad de evitar el
fenómeno financiero y la consecuente alza impositiva.
Ese plan
siguió un informe del equipo económico del gobierno, el cual advirtió
que el aumento de los impuestos lastraría en 1,7 por ciento los gastos
de los estadounidenses y también conllevaría a una caída de 1,4 puntos
del Producto Interno Bruto, porque el consumismo es responsable del 70
por ciento del crecimiento económico del país desde 2009.
Los
expertos estimaron que si los legisladores dejan expirar este 31 de
diciembre las ventajas fiscales a la familias de la clase media,
entonces ese sector destinaría 200 mil millones de dólares menos a las
adquisiciones personales en 2013.
Obama aplica esas estrategias
justo cuando continúan en punto muerto las pláticas bipartidistas para
salir del atasco creado en agosto de 2011 como la solución, en ese
momento, al techo de la deuda nacional de Estados Unidos.
La
mayoría republicana en la Cámara de Representantes propuso la víspera
ahorrar 2,2 billones de dólares en una década mediante reformas
impositivas, recortes en programas federales de salud como el Medicare y
en gastos públicos, pero la Casa Blanca la rechazó.
Según el
director de Comunicaciones de la presidencia, Dan Pfeiffer, esa medida
no responde "a la exigencia de que haya un equilibrio" entre los
ingresos y los gastos, así como impondrá una mayor carga financiera para
la clase media, mientras el sector más acaudalado vería una rebaja en
las tasas impositivas.
La oposición también vetó una oferta del
Ejecutivo que, entre otras cuestiones, incluía 1,6 billones de dólares
en incrementos de impuestos, 50 mil millones en gastos para estimular la
economía y recortes presupuestarios ascendentes a 400 mil millones.
Si fracasan las negociaciones y se concreta el abismo fiscal, entonces
la nación norteña entraría nuevamente en recesión, la mayoría de los
ciudadanos vería un alza de impuestos sin precedentes que rondaría los
500 mil millones de dólares y se dispararía a nueve por ciento la tasa
de desempleo, actualmente en 7,9. |
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