8 de diciembre de 2012

Cumbre en Teherán, en coyuntura candente





 
Por Moisés Saab 
El Cairo (PL) A fines de agosto la República Islámica de Irán recibió de Egipto la presidencia del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), en una coyuntura regional y mundial compleja por el estado de cosas en el Levante.
País islámico, aunque no árabe, el curso de los acontecimientos en el Medio Oriente es vital para el Estado persa, asediado por crecientes sanciones económicas de la Unión Europea, que se sumaron a las dictadas por sucesivos gobiernos de Estados Unidos.

La aparente manzana de la discordia es el programa nuclear iraní, pero en un análisis más profundo resulta evidente que las causas de la pugna están enraizadas en la vocación antinorteamericana de Teherán, que describe a Washington y sus aliados atlánticos como "las potencias arrogantes".

Teherán ha dado garantías de que su programa nuclear es de orientación civil y pacífica, pero al mismo tiempo rehúsa hacer dejación de sus derechos a dominar la tecnología atómica, la cual considera vital para sus planes de desarrollo económico y científico.

Las fricciones adquirieron un carácter más peligroso debido a insistentes amenazas del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, de lanzar un ataque militar contra las centrales nucleares persas.

Fuentes oficiales en Irán advirtieron que una ofensiva israelí encontraría una "respuesta aplastante" tanto en su territorio como en otras partes del mundo, una apreciación compartida por sectores políticos de Tel Aviv preocupados por el belicismo y las tesis ultrasionistas de Netanyahu y su aliado más reciente, el canciller Avidor Lieberman.

En ese contexto, la República Islámica asumió el liderazgo del Mnoal, funciones que comenzó con el pie derecho cuando el presidente egipcio, Mohamed Morsi, la incluyó como uno de los cuatro miembros de un comité mediador para la crisis siria.

Aunque el grupo, integrado además por Egipto, Turquía y Arabia Saudita, apenas despegó, sirvió para evidenciar que Irán tiene una influencia tangible en los asuntos del Medio Oriente y está decidido a desempeñarla, en detrimento de la preeminencia de Estados Unidos.

Para los iraníes, la presidencia rotativa del Mnoal es una oportunidad dorada en términos diplomáticos a fin de llevar adelante su ofensiva contra las crecientes sanciones económicas, financieras y políticas decretadas en su contra por la Unión Europea y los Estados Unidos con el fin de despojarla de los medios imprescindibles para su defensa y desarrollo económico.

En ese contexto Teherán anunció la expansión de lazos con varios de sus vecinos, incluidos Turquía, Pakistán, con el cual se enlazará a través de un gasoducto de costo multimillonario, y Afganistán.

En este apartado ocupa capítulo aparte el acercamiento con Irak, posibilitado por la retirada a principios de año de las tropas de ese país en misión de combate, asentadas en las afinidades confesionales de los gobiernos, encabezados por miembros de la secta chiíta del Islam.

Un punto sobresaliente en lo que respecta a los lazos con ese país fue la visita a Bagdad en el segundo semestre de 2011 del ministro de Defensa persa, general Ahmed Vahidi, durante la cual fue recibido por las más altas autoridades iraquíes con las que analizó la expansión de los lazos de cooperación militar.

Fue un cambio sustancial en relación con la hostilidad que a principios de la década de los Â�80 enfrentó a ambos estados en una guerra que les costó centenares de miles de muertos y un enorme nivel de destrucción.

De su lado, los iraníes prosiguieron su programa militar defensivo y para noviembre anunciaron haber alcanzado la autarquía en la provisión a sus fuerzas armadas de los medios y equipos necesarios para la defensa, después de realizar sendas maniobras terrestres, navales y aéreas.

En el ínterin obligaron a alejarse a un drone de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que violó su espacio aéreo restringido en el golfo Pérsico, un incidente que no llegó a más por la contención mostrada por los iraníes, quienes se contentaron con advertir que de repetirse la situación, actuarían de la misma manera.

Como prueba al canto, semanas antes los mandos militares iraníes reivindicaron la construcción del avión no tripulado lanzado desde El Líbano que sobrevoló durante media hora territorio israelí, operación durante la cual, afirmaron, recopiló información de inteligencia.

Ya a fines de noviembre, los iraníes consiguieron anotarse otro tanto de importancia en la sorda confrontación con Estados Unidos: la captura de un drone de tecnología avanzada cuando cumplía misiones de espionaje sobre su espacio aéreo en el golfo Pérsico y más en específico sobre la central atómica persa de Busher, acorde con precisiones de fuentes en Teherán.

En principio, los mandos militares persas sólo aludieron a la captura de la nave espía no tripulada sin precisar fecha, pero pocos días después divulgaron imágenes del aparato y precisaron que la acción ocurrió el martes 27 de noviembre y estuvo a cargo de cazas y medios de la defensa aérea del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica.

Más aún, en respuesta al desmentido de portavoces del Pentágono, con esa sutileza característica de las culturas orientales, anunciaron la extracción de las entrañas del drone de una serie de datos y aconsejaron a Washington contar bien sus medios.

*Jefe de la corresponsalía de Prensa Latina en Egipto.

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