El Cairo, 30 nov (PL) Los peores pronósticos toman cuerpo aquí
hoy con el paso del tiempo, mientras la Plaza Tahrir se colma de
manifestantes tensos que demandan la renuncia del presidente Mohamed
Morsi, a quien sus seguidores planean apoyar mañana.
Está claro que detractores y partidarios del mandatario permanecen
atrincherados en sus posturas, más aún después de la apresurada
aprobación del proyecto de Carta Magna por la Asamblea Constitucional
tras una sesión que se extendió 16 horas, hasta bien avanzada la mañana
de hoy.
Medios opositores afirman con sorna que una Carta Magna aprobada en la madrugada no puede ser buena para los ciudadanos.
La concentración en Tahrir, que entró en su sexto día, es llamada por
sus organizadores, los partidos laicos y de la izquierda, El Sueño de
los Mártires, en alusión a las más de 800 víctimas mortales de la
represión durante las manifestaciones que el año pasado obligaron a
renunciar al expresidente Hosni Mubarak, ahora encarcelado cumpliendo
una sentencia de por vida.
Justo en el día que cumple cinco
meses como jefe de Estado, Morsi encuentra una oposición creciente a su
decisión de una semana atrás de investirse de poderes excepcionales que
blindan sus decisiones y lo ponen por encima de los poderes del Estado.
Las miles de personas concentradas en la Plaza Tahrir, cerrada al
tráfico desde el inicio de la sentada, demandan además las renuncias del
primer ministro, Hicham Qandil, y del titular del Interior, Ahmed Gamal
Eddin, y la formación de un Gobierno de salvación nacional.
El
mandatario ha explicado que con su decisión de asumir poderes
excepcionales sólo busca preservar la revolución que defenestró a su
antecesor; sus adversarios afirman que quiere islamizar el país y
dotarse de una autoridad sin precedentes.
Hoy el presidente
recibió una desautorización inesperada, la del cheij Mohamed Abdallah,
quien pronunció un incendiario sermón en la Plaza Tahrir en el cual
afirmó que "la revolución continuará hasta alcanzar todas las demandas" y
advirtió que Morsi podría corre la misma suerte que Mubarak.
En
tanto, una gran cantidad de jueces prosiguen la huelga que declararon
la semana pasada, la cual ha creado un vacío en el país, donde los
procedimientos jurídicos han sido suspendidos en medio de un clima de
creciente tensión signada por temores de que la crisis desemboque en la
ingobernabilidad.
El choque mayor puede ocurrir mañana cuando
miembros de la Hermandad Musulmana y de entidades salafistas lancen a
sus miembros para apoyar al Presidente, aun cuando celebran sus marchas
lejos de Tahrir, para evitar colisiones. |
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