INGLATERRA 1 - FRANCIA 1: DE CARNAVAL A VELORIO
Pross y Bleus, un par de selecciones que han alzado el trofeo mundialista, se liaron en Donetsk en un choque dividido en dos tiempos antagónicos: el primero, de puro sobresalto; el otro, soporífero.
Francia llegó a la Euro exigida de lavarse la cara, tiznada por la vergüenza del Mundial 2010 y aquel técnico execrable, Domenech. Su nuevo entrenador, Laurent Blanc, optó hasta donde pudo por el cambio generacional y le ha devuelto hidalguía al desempeño del plantel, pero sin todavía excomulgar cierta tendencia al juego anárquico.
Inglaterra, en tanto, sabe que debe hacer “de tripas, corazón” para sobrevivir a los tiros sin el ‘escudo’ Lampard ni, por ahora, la artillería gruesa del sancionado Rooney. Así y todo, el grupo de Roy Hodgson enseñó que respeta al dedillo el manual del futbolista británico, por lo que arma sus ataques a velocidades supersónicas y campea a su antojo en las evoluciones por arriba.
El primer tiempo, insisto, fue magnífico. Tremendo. De alternancia entre oleadas azules y blancas avalanchas. Ambos daban la sensación de estar a mano. Los de la rubia Albión presumían de ejecuciones más armónicas -eso, pese a que el capitán Gerrard no salía del coro de volantes para asumir su necesario rol protagonista-, mientras Francia apelaba a lo suyo, que es el chispazo individual de sus talentos. Racionalismo versus automatismo. Bacon contra Masson, cabría decir.
Una cosa es segura: se trataba de un duelo de ida y vuelta. Un manicomio lleno de personajes lúcidos que hacían las delicias del planeta. Pero le faltaba la guinda al pastel, y por fortuna apareció a la media hora (cuando Lescott le pegó como pudo a la Tango que el meta Hugo Lloris no salió a manotear) y después, a los 39 minutos, con un gol estupendo del menudo Nasri.
Más mediática, Francia puso el caché y los ingleses, la brega. Toma y daca. Tú agredes, yo también. ¿Me das? ¡Te doy! Era una fiesta, y parecía que Ribery, el jugador más esforzado de la Tierra, se sentía anfitrión en el banquete; que Benzema estaba tocado por la magia; y que Hart, el arquero de los padres del fútbol, quería emular a Gordon Banks y abortaba con un paradón el cabezazo de Diarra.
Lástima que más tarde cambió todo. En el complementario, los rivales ralentizaron la circulación de la pelota, como si hubieran redoblado la cautela y estuvieran satisfechos con el empate a uno. De esa guisa, poco a poco se fueron extinguiendo los trazos verticales, el terreno se convirtió en bostezo, y en los compases del adiós se vio que ya existía un acuerdo tácito para partir a “fifty-fifty” la cosecha.
LOS VOTOS DEL AUTORUCRANIA 2 - SUECIA 1: LA CABEZA DEL VIEJO GUERRERO
Jugador del partido: Franck Ribery.
Arbitraje: Bueno.
Calificación del choque: 4 puntos.
FICHA TÉCNICA
Donbass Arena, Donetsk, Ucrania; Inglaterra 1 - Francia 1 (1-1)
Inglaterra: Joe Hart; Glen Johnson, John Terry, Lescott, Cole; Milner, Gerrard, Scott Parker (Henderson, min. 78), Oxlade-Chamberlain (Defoe, min. 77); Young; Welbeck (Walcott, min. 91).
Francia: Hugo Lloris; Debuchy, Mexes, Rami, Evra; Cabaye (Ben Arfa, min. 84), Alou Diarra, Malouda (Martin, min. 85); Nasri, Benzema, Ribery.
Goles: 1-0, min.30: Lescott. 1-1, min.39: Nasri.
Árbitro: Nicola Rizzoli (ITA). Amonestó a Oxlade-Chamberlain (min. 34) y Young (min. 71) por parte de Inglaterra.
Si el segundo período entre Inglaterra y Francia resultó letárgico, la película que empezaron rodando Ucrania y Suecia superó los efectos de la anestesia general. Y todo porque sobraban piernas y escaseaban ideas.
Ninguno de los adversarios disponía de clarividencia en el medio del campo. Vendados los ojos, sus volantes jugaban a poner el rabo al burro y enviaban el balón a diestra y a siniestra, con el solo objetivo de que tirios y troyanos lo pelearan al modo de las fieras.
Tanta ceguera había, que el motor ofensivo del conjunto vikingo, el gigantesco Zlatan, bajaba de continuo a repartir. Poco, poquísimo pasaba sobre el césped. Si acaso algún misil perdido, una sublevación a medias, un cabezazo que pasó lamiendo el poste…
Sin embargo, el complemento trajo buenas nuevas, y la Calabacita dejó de deambular por el cielo de Kiev. De expulsarla se encargó -¿quién si no?- Ibrahimovic, que metió rápido y con precisión la pierna. Eso desperezó al partido, y al que escribe.
Pero Sheva, el super veterano Andrei Shevchenko, dejó a media asta las banderas de Estocolmo. El Balón de Oro 2004, el dueño y señor de los rossoneros del Milan hasta hace algunos años, consumó un gol precioso con la testa y restableció el empate en la pizarra. Un gol premeditado hasta sus mínimos detalles, que tomó al guardameta a contrapié y enloqueció las gradas del estadio donde cumple sus últimas campañas deportivas.
Era su noche. Como si hubiera vuelto a ser el mismo de antes, Shevchenko esperó solo siete minutos para asestar un nuevo golpe. Definitivo. Contundente. Memorable, pues se zafó la marca del mismísimo Zlatan y cabeceó a placer el centro aéreo.
Ucrania, la local, asumió el mando de la llave D gracias a Sheva, un “vejete” que no se limita a casco y mala idea, sino que todavía lleva espada y armadura.
LOS VOTOS DEL AUTOR
Jugador del partido: Andrei Shevchenko.
Arbitraje: Bueno.
Calificación del choque: 3 puntos.
FICHA TÉCNICA
NSC Olimpiyskiy, Kiev (Ucrania); Ucrania 2 - Suecia 1 (0-0).
Ucrania: Pyatov; Gusev, Mikhalik, Khacheridi, Selin; Yarmolenko, Tymoshchuk, Konoplyanka (Devic, min.93); Nazarenko, Voronin (Rotan, min.85), Shevchenko (Milevskiy, min.81).
Suecia: Isaksson; Lustig, Mellberg, Granqvist, Olsson; Elm, Kallstrom; Larsson (Wilhelmsson, min.68), Toivonen (Svensson, min.62); Ibrahimovic, Rosenberg (Elmander, min.71).
Goles: 0-1, min.52, Ibrahimovic. 1-1, min.55, Shevchenko. 2-1, min.62, Shevchenko.
Árbitro: Cüneyt Çakir (TUR). Amonestó a Kallstrom (min.11) y a Elm (min.83) por parte de Suecia.
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