29 de abril de 2012

Sancionan a senador cubanoamericano Marco Rubio, de Florida

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Washington, 29 abr (PL) Una agencia federal de Estados Unidos sancionó al senador cubanoamericano Marco Rubio por ilegalidades vinculadas con la posible apropiación de capitales destinados a campañas electorales de 2010.

  Un comunicado de la Comisión Federal Electoral (CFE) sentenció que la conducta del político republicano fue excesiva e impropia y el legislador por Florida tendrá que pagar una multa de ocho mil dólares.

Trascendió que las contribuciones recibidas por Rubio ascendieron a 210 mil 173 dólares, pero su campaña "no redistribuyó o reasignó el inventario de fondos con el procedimiento correcto", indicó la CFE.

El congresista sureño emergió en los últimos años como figura predilecta del conservador Tea Party y su nombre ha sido mencionado para potencial nominado vicepresidencial junto al candidato Mitt Romney.

Rubio, de padres cubanos y nacido en Estados Unidos, ganó un escaño en la cámara alta de 100 integrantes en los comicios floridanos de 2010 cuando derrotó al independiente Charlie Crist y al demócrata Kendrick Meek.

A finales de 2011, el legislador fue blanco de críticas de la prensa plana y sátiras de televisión cuando trascendió que había mentido al público acerca del pasado político de sus progenitores.

Un reportaje del diario Washington Post reveló que los padres de Rubio llegaron a Estados Unidos más de dos años antes de que el líder revolucionario Fidel Castro tomara el poder en 1959, contradiciendo una versión que el senador de Florida cuenta con insistencia.

Durante su ascensión política, el republicano de Florida describe a su familia como exiliados políticos con el objetivo de presentar una resonancia especial ante sus patrocinadores.

En múltiples ocasiones aseguró que era el "hijo de una pareja de exiliados cubanos obligados a abandonar su patria" después que Fidel Castro llegara al gobierno de la nación caribeña.

Documentos oficiales estudiados por el Washington Post revelaron que la historia del congresista de 41 años fue un cuento adornado especialmente para el auditorio ultraconservador y extremista de la Florida, donde radican los grupos anticubanos más radicales.

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