Cuba consiguió una final perfecta con sus seis boxeadores, al conquistar igual número de títulos en la jornada del cierre del torneo masculino del Grand Prix de esta ciudad checa.
Entre las victorias sobresalió la lograda por el ligero welter monarca mundial de 2009, Roniel Iglesias, quien frenó al ídolo local Zdenek Chladk.
Iglesias dominó las acciones y mereció un veredicto de 18-9 (4-3, 7-3, 7-3), que destrozó ilusiones en la congestionada sala Stribrniky.
El semicompleto Julio César La Cruz reeditó la corona de 2008, convertido en especial atracción de la justa por la superioridad exhibida en cada salida, incluida la de este sábado, cuando aventajó 20-8 al lituano Daugirdas Simjotas.
La Cruz integró el trío que repitió aquí los reinados conseguidos hace un mes en el torneo Strandzha, en Bulgaria, completado por el crucero José Ángel Larduet y el supercompleto Erislandy Savón.
Larduet careció de acción hoy, porque el húngaro Jozsef Darmos no se presentó, y Savón cerró como verdugo de un segundo ruso, al disponer 21-5 de Danis Latipov.
Igualmente convincente se mostró el welter Arisnoidys Despaigne, ya que -luego de aventajar a dos medallistas mundiales en las fechas precedentes- despidió la competencia con crédito de 10-7, a costa del moldavo Vasilii Belous.
También subió a lo más alto del podio el subtitular ligero del planeta, Yasnier Toledo, mejor que en suelo búlgaro, por no presentación del eslovaco Tomas Vano.
El evento no convocó las dos divisiones más pequeñas y fue enfrentado por Cuba con siete hombres, dada la baja médica del mediano Emilio Correa, ya recuperado totalmente.
Solo el pluma número uno del planeta, Lázaro Álvarez, quedó esta vez fuera del estrado de premiaciones en la armada a las órdenes de Rolando Acebal.
Los otros coronados fueron el pluma italiano Vittorio Parrilnello y el mediano inglés Anthony Ogogo.
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