Elián González es recibido por su abuelo, Rolando Betancourt, el miércoles 28 de junio del 2000 a su llegada desde Miami, al aeropuerto José Martí de La Habana, Cuba.
El abuelo materno de Elián González, Rolando Betancourt, falleció en la ciudad de Cárdenas, provincia de Matanzas, en la noche del miércoles, informaron a Cubadebate familiares allegados.
Rolando era el viudo de Raquel Rodríguez, abuela de Elián, quien falleció en febrero de 2005.
La saga de Elián
Elián González no había cumplido los cinco años cuando sobrevivió en noviembre de 2000 al naufragio de la embarcación en el que murió su madre, Elizabeth Brotons, y otras diez personas cuando viajaban ilegalmente con destino a Florida (EEUU).
Unos pescadores lo encontraron flotando en un neumático en el mar el 25 de noviembre de 1999 y tras su traslado a Miami (EEUU), fue entregado en custodia a unos parientes lejanos que lo secuestraron y se negaron a devolverlo a su padre, Juan Miguel González, que lo reclamaba desde Cuba, y quien logró recuperarlo tras una larga disputa legal, familiar y política.
En el mes de enero de 2000, las abuelas del menor, Raquel Rodríguez y Mariela Quintana, viajaron a EEUU con el fin de intentar reunirse con su nieto.
Las dos abuelas, luego de múltiples vicisitudes, lograron tener con Elián una breve reunión. Durante su estancia en EEUU, las dos abuelas hablaron con la entonces fiscal general (ministra de Justicia) Janet Reno, con la responsable del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS), Doris Meissner, y con congresistas demócratas a favor del regreso de Elián a Cuba, como José Serrano y Sheila Jackson Lee.
Ambas abuelas, tras regresar a la isla, el 30 de enero de ese año, fueron recibidas como heroínas por la población cubana.
El 6 de abril de ese mismo año, fue Juan Miguel González en persona quien viajaba a Washington para recuperar a su hijo y volver a Cuba. Elián regresó a Cuba con su papá el 28 de junio de 2000.
El pueblo cubano en las calles y dirigido por el líder de la Revolución Fidel Castro exigió durante siete meses, en una batalla política sin precedentes, que se respetara la voluntad de Juan Miguel, de vivir junto a su hijo en Cuba.
(tomado de Cubadebate)
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