Un sargento de la infantería de Marina inculpado en el proceso criminal más grande contra efectivos de Estados Unidos en la guerra de Iraq hizo una serie de suposiciones fatales y perdió control de sí mismo cuando él y el escuadrón a su cargo mataron a 24 iraquíes, incluidas mujeres y niños desarmados, dijo el lunes un fiscal militar.
El mayor Nicolás Gannon hizo las acusaciones a un jurado integrado por infantes de Marina que escucharon los argumentos contra el sargento Frank Wuterich más de seis años después de que el escuadrón cometiera los asesinatos en el poblado de Jadita.
“La evidencia mostrará que ninguna de las víctimas era una amenaza”, dijo Gannon al jurado en su alegato de apertura.
Los fiscales dijeron al jurado militar conformado por cuatro oficiales y cuatro infantes de Marina en activo que Wuterich disparó indiscriminadamente sin darse tiempo de identificar a sus blancos después de que una bomba colocada a ras de camino estallara y matara a un efectivo estadounidense.
El proceso implica a Wuterich en las muerte de 19 de los 24 iraquíes asesinados ese día.
Wuterich y otro efectivo mataron a balazos a cinco hombres que estaban en un vehículo cerca del sitio donde estalló la bomba, dijeron los fiscales. Wuterich le ordenó después a su escuadrón que despejaran una vivienda cercana con tiros y granadas, y les dijo que dispararan primero y preguntaran después, de acuerdo con la acusación.
Después de matar a hombres, mujeres y niños en la primera vivienda, los infantes de Marina fueron a otra casa, donde Wuterich se paró frente a una cama y baleó a una mujer y a niños, dijo Gannon.
Los asesinatos del 19 de noviembre de 2005 en Jadita son considerados como un momento de coyuntura en la guerra, que manchó aún más la reputación de Estados Unidos, la cual ya atravesaba un mal momento por la divulgación de fotografías de presos maltratados por soldados estadounidenses en la prisión de Abu Graib.
En su alegato de apertura, el abogado de Wuterich, Haytham Faraj, dijo al jurado que los investigadores de la Marina, presionados para demostrar que la dependencia no estaba encubriendo la masacre, interrogaron brutalmente a los otros infantes de Marina del escuadrón por hasta 14 horas y les ofrecieron retirar los cargos que les imputaban si testificaban contra su líder de escuadrón.
“Tienen a un grupo de asustados infantes de Marina a los que se les prometió inmunidad que les dirán cosas que no ocurrieron”, dijo Faraj.
Faraj, un infante de Marina retirado, pidió a los jurados que usaran su conocimiento de la Infantería de Marina y su experiencia en combate para juzgar el caso.
Dijo que el batallón de Wuterich fue informado por sus comandantes que la ciudad se estaba convirtiendo en semillero de rebeldes. Luego de que la bomba explotó, el escuadrón fue blanco de disparos de armas pequeñas cuando Wuterich ordenó que las casas fueran despejadas, creyendo que los insurgentes se escondían ahí, dijo Faraj.
“No creemos que se haya cometido un crimen aquí”, dijo Faraj. “Fue el desafortunado resultado de un intento de hacer lo correcto, pero resultó ser trágico”.
A Wuterich se le imputan nueve cargos de homicidio voluntario.
El acusado ha dicho que lamenta la pérdida de vidas civiles, pero que creía que estaba actuando según las reglas de combate.
Wuterich es el último de ocho infantes de Marina acusados inicialmente de asesinato o de omisión en la investigación de los asesinatos en ser enjuiciado. A seis se les retiraron los cargos y uno fue exonerado.
(Con información de AP)
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