En la tarde de hoy, jueves 12 de enero, falleció en La Habana, víctima de un infarto cardíaco, el Doctor Julio García Luis, relevante periodista cubano, Premio Nacional de Periodismo “José Martí” por la obra de la vida en 2011.
Maestro voluntario, profundo editorialista y cronista del periódico Granma, Trabajadores y otros medios de prensa cubanos, Presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, Decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y docente de varias generaciones de periodistas, la súbita pérdida de Julio causa gran conmoción en el sector periodístico del país.
A pesar de su reciente jubilación, continuaba laborando activamente como integrante del Comité Nacional de la UPEC, docente de Periodismo y en actividades políticas y profesionales.
Su cadáver se encuentra en la Funeraria de Calzada y K, en el Vedado, desde donde partirá el sepelio a la una y cuarenta y cinco de la tarde de este viernes, hacia la Necrópolis de Colón.
La Presidencia de la Unión de Periodistas expresa sus más sentidas condolencias a los familiares y colegas de Julio García Luis.
El siguiente texto es de Abdul Nasser Thabet Teijero, graduado de Periodismo de la Facultad de Comunicación y se ha compartido por los alumnos del profe Julio, los de ahora y los de siempre.
La ética a veces nos dormía, la asignatura, claro está, y él también, es la verdad, negarlo sería faltar a su memoria. Pero de repente despertábamos algo babeados, concientes de nuestra falta, buscando la compostura en esas sillas tan incómodas y nos impactaba su mirada, penetrante, dulce, educadora. Ninguna otra materia le venía mejor a ese hombre bajito, fornido, de manos fuertes, tan fuertes como su intelecto, erudición y nobleza. Nobleza, esa es la palabra, la adecuada.
¿Cuántos estudiantes quedaron impresionados ante su sapiencia, parsimonia casi irritante, pero igual de tranquilizadora y hasta graciosa? Recuerdo que siempre estaba “en todo”: Festivales de Cultura, Juegos Caribe, marchas, coloquios, en todo, no faltaba a una, siempre con nosotros. Casi nunca hubo un “no” saliendo de sus labios, siempre encontraba la manera, la forma adecuada, la solución exacta.
Al terminar la carrera fue imposible no extrañarlo, se nos iba junto a la “teja maldita” -esa que no conocen los nuevos por mudarse a un sitio de más confort-, el chismoteo en los pasillos, las fiestas, la cafetería y la cafetera, los pastelitos de Juan Carlos, Felo, la radiobase, Cori…todo. Pero nunca pensamos perderlo así, para siempre, nunca, como nunca se piensa perder a las personas amadas. Nos vemos todos a las 8:00 pm en la Funeraria de Calzada y K, para honrar a ese hombre que nos hizo, a muchos, no solo periodistas, también mejores personas.
Lea además: Julio García Luis: El magisterio de la bondad
No hay comentarios:
Publicar un comentario