Por Deborah Blum
Scientific American
Hace cien años, un farmacéutico estadounidense llamado Wilbur Scoville desarrolló una escala para medir la intensidad del sabor de un pimiento. La escala - como se puede ver en el gráfico a la izquierda - pone pimientos morrones en la marca de cero y el chile habanero en la escala superior de hasta 350.000 Unidades Scoville.
Revisé ayer la escala Scoville para algo más. Estaba buscando una manera de medir la intensidad de la pimienta utilizada por la policía contra los manifestante de Occupy Wall Street, incluido en el escandaloso incidente de esta semana contra los estudiantes que se manifestaban pacíficamente en la Universidad de California-Davis.
Como muestra el gráfico, la pimienta que se utiliza en spray es más intensa que aquella obtenida de pimientos naturales, como el pimiento fantasma del Himalaya. El aerosol de pimienta aparece en la lista con un grado de entre 2 millones y 5,3 millones de unidades Scoville.
En el grado más bajo se encuentra el tipo de gas pimienta que en EEUU cualquier individuo podría adquirir en algunos locales para auto-protección. ¿Y el número más alto? Es el tipo de spray que usa la policía, como esa dosis super-alta que tenía el spray de color naranja usado en la Universidad de California en Davis.
El spray de pimienta termina encabezando la tabla Scoville porque -ya usted ha adivinado esto -, literalmente, se trata de un derivado de la pimienta química. El compuesto se denomina capsaicina y - de hecho - el aerosol de pimienta es formalmente llamado Oleorresina Capsicum o aerosol OC.
Pero lo llaman gas pimienta, creo yo, porque eso lo hace parecer mucho más benigno de lo que realmente es. Nos lo presentan como algo que está sólo un grado más o menos por encima de lo que podríamos mezclar en la cocina de la casa. Infiere que el efecto de picazón en los ojos es más o menos la misma que la que padece ocasionalmente el cocinero a la hora de hacer algo parecido a una salsa de jalapeño. Nada demasiado grave.
Cuando busqué el spray en la escala Scoville, recordé lo que los toxicólogos dicen: la dosis determina el veneno. Y que no estamos hablando de algo salido de la cocina, sino de la explosión de una potente arma química. Así que si el spray OC es la respuesta de la policía de EE.UU. - y por cierto, se ha utilizado con entusiasmo para desalentar las protestas de Occupy a nivel nacional, como se documenta en este excelente análisis de The Atlantic - puede ser este el momento para presentar una demanda más seria acerca de los riesgos.
Mi propio propósito aquí es centrarme en los peligros de un alto nivel de exposición a la capsaicina. Como se señala en un documento de 2004 sobre los peligros para la salud del spray pimienta, escrito por investigadores de la salud en la Universidad de Carolina del Norte y la Universidad de Duke, los aerosoles contienen otros materiales de riesgo:
Dependiendo de la marca, un aerosol de OC pueden contener agua, alcoholes o disolventes orgánicos como vehículos líquidos; y nitrógeno, dióxido de carbono o hidrocarburos halogenados (como el freón, tetracloroetileno, cloruro de metileno) como propelentes para descargar el contenido recipiente (3 ) La inhalación de altas dosis de algunos de estos productos químicos puede producir efectos adversos cardíacos, respiratorios y neurológicos, incluyendo arritmias y muerte súbita.
Este trabajo demuestra el peligro asociado al uso de los compuestos de pimienta química. En 1997, por ejemplo, los investigadores de la Universidad de San Francisco descubrieron que la sensación “caliente” de los chiles habaneros y sus similares se debe a que la capsaicina actúa directamente en las proteínas de las membranas de las neuronas del dolor y de detección de calor. La capsaicina puede activar estas neuronas vinculadas a la temperatura del cuerpo, dando lugar a una sensación sorprendente de calor. La exposición repetida puede agotar los neurotransmisores, lo que reduce la sensación de dolor. Este descubrimiento ha dado lugar a una serie de tratamientos médicos con capsaicinas para controlar el dolor.
Su propio mecanismo, sin embargo, nos debe recordar que hay que tener cuidado. Como los investigadores de Carolina del Norte señalan, cualquier compuesto que pueda influir en la función nerviosa es, por definición, riesgoso. La investigación nos dice que el spray de pimienta actúa como un agente antiinflamatorio potente. Amplifica la sensibilidad alérgica, irrita los ojos y daña las membranas, las vías aéreas bronquiales, la mucosa del estómago - básicamente todo lo que toca. Funciona además bloqueando el dolor y, como sabemos, el dolor es lo que nos advierte de una lesión en el cuerpo.
En general, estos son los efectos a corto plazo. El spray de pimienta, por ejemplo, induce una sensación de ardor en los ojos, en parte porque daña las células de la capa externa de la córnea. Por lo general, el cuerpo repara este tipo de lesión. Sin embargo, los estudios revelan que, con las exposiciones repetidas, puede haber un daño permanente a la córnea.
Los efectos más preocupantes tienen que ver con la inhalación - y según los informes, los policías de la Universidad de California dirigieron deliberadamente el pulverizador a las gargantas de los manifestantes. La capsaicina inflama las vías respiratorias, causando inflamación y restricción de la entrada de aire. Y esto significa que los aerosoles de pimienta representan un verdadero riesgo para las personas con asma y otras afecciones respiratorias.
Y cuando digo “riesgo real” me refiero a un riesgo conocido, uno que no es sorpresa para cualquier departamento de policía, una información bastante fácil de encontrar en la literatura científica.
Para citar sólo tres ejemplos:
1) El Spray de Pimienta provoca insuficiencia respiratoria inducida.
2) Evaluación de los efectos de incapacidad tras el uso de gas pimienta en actos de resistencia a la policía.
3) Los efectos sobre la salud del spray de pimienta.
El segundo documento es un estudio legal, en el que se señala:
Los estudios de los efectos de la capsaicina en la fisiología humana, la experiencia anecdótica con el uso en el campo de gas pimienta, y la exposición controlada de los funcionarios de prisiones en el entrenamiento han demostrado efectos adversos en los pulmones, la laringe, la nariz, disminución de reflejos, y en la piel. Produce efectos sobre la salud mental y de comportamiento si el spray de pimienta se usa abusivamente.
Hay sospechas además de que el gas pimienta ha contribuido a un número de muertes bajo custodia policial. A mediados de la década de 1990, el Departamento de Justicia de EE.UU. registró cerca de 70 muertes relacionadas con el uso de pimienta en aerosol, a raíz de un informe de 1995 elaborado por la American Civil Liberties Union de California. El citado informe de la ACLU identifica 26 muertes sospechosas, y es importante señalar que la mayoría de los involucrados tenían condiciones pre-existentes como el asma.
Pero también es importante tener en cuenta otro patrón preocupante. De hecho, en 1999, la ACLU solicitó a la corte de apelaciones de California declarar el uso de gas pimienta como peligroso y cruel. Esa petición se debió a una acción de agentes de la policía del norte de California contra manifestantes a favor del medio ambiente. La policía fue acusada de emplear un tipo de Spray OC y aplicarlo directamente a los ojos de los hombres y mujeres que ejercían una protesta contra la tala indiscriminada.
“La ACLU considera que el uso del spray pimienta contra manifestantes que ejercen una resistencia no violenta a la detención constituye violencia excesiva y viola la Constitución”, escribió la Asociación de Abogados hace 13 años.
Ayer, la Universidad de California-Davis anunció la suspensión de dos de los policías que rociaron gas pimienta a los estudiantes que protestaban. Once de los estudiantes fueron tratados por los paramédicos en la escena y dos fueron enviados a un hospital en Sacramento para un tratamiento más intensivo.
Sin lugar a dudas, estas lesiones serán un dato más en otro estudio científico del spray de pimienta, otra confirmación de que la parte superior de la escala Scoville es terreno sumamente peligroso. Pero mi deseo es que empezamos a aprender de estos errores sin tener que esperar otros 13 años o más para hablar del asunto, en otro ciclo de abuso y lesiones.
(Traducido por Cubadebate)
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