La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) denunció hoy que en Durban existe el peligro de que sea sepultado el Protocolo de Kyoto, y también el espíritu de la Convención de la ONU sobre cambio climático.
“Y este es el momento de evitar una situación terrible, la muerte del Protocolo y de la Convención”, expresó en conferencia de prensa René Orellana, jefe del grupo negociador de Bolivia.
El diplomático alertó sobre la postura de un grupo de países desarrollados que descartan ser parte de un segundo período de compromisos del pacto de Kyoto.
Esas naciones alegan que no es necesario un acuerdo como el de Kyoto, etiquetado de fuerte, estricto y rígido, sino promover otro instrumento jurídico, cuyo contenido no está claro, ni sus normas, ni cuánta flexibilidad tendrá, comentó Orellana.
Estamos muy preocupados por la posibilidad de que se eche por tierra el Protocolo, con sus mecanismos, sus mandatos, sus regulaciones, sus metas de mitigación, para instaurar otro -indicó el experto- que no ofrezca las condiciones necesarias para hacer frente al cambio climático.
Por su parte, Pedro Luis Pedroso, subdirector de Asuntos Multilaterales de la cancillería cubana, consideró que la pregunta clave es si mantenemos un sistema basado en reglas o nos vamos a un sistema totalmente anárquico.
“Y no solo para mantener y fortalecer el sistema basado en reglas. Los desarrollados dicen que están dispuestos a conversar sobre otras formas posibles, pero primero debemos terminar todos los aspectos acordados en la negociación, desde el Plan de Acción de Bali, señaló el diplomático.
La XIII Conferencia Climática de Bali, Indonesia, lanzó el proceso negociador en torno a cuatro grandes temas: adaptación, mitigación, transferencia de tecnología y financiamiento, con vistas a lograr un acuerdo hacia finales de 2009, en la cita siguiente en Copenhague.
El objetivo era garantizar la continuidad del proceso negociador más allá del primer período de compromisos del Protocolo de Kioto.
Este documento fue suscrito en 1997, ratificado por 156 gobiernos y, finalmente, rechazado por dos de los principales contaminantes del mundo, Estados Unidos y Australia.
Establece el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en una media del 5,2 por ciento con respecto a los niveles de 1990 para el año 2012.
La víspera, ministro de Medio Ambiente de Canadá, Peter Kent, confirmó que su país se apartará del Protocolo, incluso calificó de error la postura del Gobierno que suscribió el pacto.
Referente al Fondo Climático Verde, en la rueda de prensa del ALBA, la jefa del grupo negociador de Venezuela, Claudia Salerno, manifestó que este es uno de los temas más importantes que se deben abordar y resolver en Durban.
“Y se debe tratar de manera transparente e incluyente”, señaló Salerno.
El fondo, cuya creación fue aprobada en Cancún, destinaría 100 mil millones de dólares anuales a partir de 2020 para los países subdesarrollados, suma que sería destinada a acciones de mitigación de las emisiones y medidas de adaptación al cambio climático.
(Con información de Prensa Latina)
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