¿Amigos para siempre?
Dalia González, especial para Cubadebate
¿Será verdad que nada es para siempre? Líderes occidentales que hasta hace poco estrechaban manos con Muamar el Gadafi, hoy celebran su muerte.
Ahí los tenemos. Las fotos son de antes del comienzo de la actual guerra en Libia, por supuesto. Las imágenes lo dicen todo: los cuatro líderes occidentales más implicados en la operación internacional contra Gadafi, estrechan su mano.
A la izquierda el exuberante Premio Nobel de la Paz, el presidente de los Estados Unidos, Barack Hussein Obama. A su derecha, otro personaje igualmente poderoso: el jefe del Gobierno español José Luís Rodríguez Zapatero.
Debajo a la izquierda una persona que no necesita presentación. ¿Quién no conoce a Ban Ki-moon? Este señor, que aparece aquí con sonrisa de oreja a oreja en compañía del líder libio, es el máximo representante de la organización que hizo de la intervención militar en Libia una guerra “buena”, y luego legitimó al autodenominado Consejo Nacional de Transición (CNT). Por último, pero no menos importante, nos encontramos al presidente francés Nicolás Sarkozy, primero en reconocer al CNT.
Después del asesinato de Gadafi fueron ellos los primeros en alegrarse.
“Podemos decir de manera definitiva que el régimen de Gadafi ha llegado a su fin”, manifestó el presidente estadounidense en una declaración en la Casa Blanca, donde saludó la “oportunidad para que el pueblo libio decida su propio destino”.
Para Obama, la muerte del líder libio marca “el final de un capítulo largo y doloroso” y abre “una oportunidad para el pueblo libio para decidir su propio destino”.
“El camino de Libia hacia la democracia será largo (…) EE.UU. está comprometido con un futuro de ese país que incluya la libertad, dignidad y oportunidad para todos”, aseguró. ¿Comprometido o entrometido?
De paso, aprovechó para advertir que la muerte de Gadafi envía un “claro mensaje” al resto de la región -según él- escenario de levantamientos contra regímenes corruptos. ¿Cuál será su plan ahora? ¿Quién se atreve a adivinar su próximo destino? ¿Acaso Siria?
Según el primer ministro británico, David Cameron, el pueblo libio tiene ahora una mayor posibilidad de construir la democracia, y aseguró sentirse “orgulloso” del papel que Gran Bretaña desempeñó para ayudar a hacer eso realidad. ¿Se sentirá orgulloso de las bombas de la OTAN?
No podía faltar Sarkozy. “La desaparición de Gadafi es un gran paso en la lucha llevada adelante desde hace más de ocho meses por el pueblo libio para liberarse del régimen dictatorial y violento que le fue impuesto durante más de 40 años”.
Ban Ki-moon no quiso quedarse atrás, y dijo que “el camino por delante para Libia y su pueblo será difícil y lleno de desafíos. Ahora es el momento de que todos los libios se unan (…) este día marca una transición histórica.” ¿Transición? Esa palabra ya suena demasiado a intervención militar.
La canciller alemana, Angela Merkel, se ha declarado “feliz” por el “fin de la sangrienta guerra”. ¿Será el fin? ¿Se retirará la OTAN de Libia? La organización ha declarado en varias ocasiones que su objetivo allí no era perseguir a Gadafi. Esta historia está muy mal contada.
El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, instaron a los líderes interinos de Libia a impulsar una amplia reconciliación en el país.
“Las noticias sobre la muerte de Muammar al Gadafi marcan el fin de una era de depotismo y represión, que han sufrido los libios durante demasiado tiempo”. Me pregunto de nuevo. ¿Será realmente el fin del sufrimiento libio?
Mientras, del otro lado del Atlántico, con una posición más digna y consecuente, el presidente venezolano Hugo Chávez lamentó la muerte de Gadafi, que calificó de “asesinato”, y opinó que “será recordado como un mártir”.
Brasil tampoco celebra. Dilma Rousseff, durante una visita a la capital de Angola, afirmó que Libia está pasando por un proceso de transformación, pero “eso no significa que celebremos la muerte de cualquier líder”.
¿Cómo puede alguien festejar la muerte de un hombre? Más aún cuando tiempo atrás fue un “hombre amigo” ¿Ustedes lo entienden? Yo no puedo. Son muchas las perplejidades que el sentido común experimenta ante la política.
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