El supuesto plan de Irán para atentar contra Adel Al-Jabeir, embajador en Estados Unidos de Arabia Saudí y las embajadas de este último país e Israel en Washington es una cortina de humo de la Casa Blanca para “desviar la atención de los problemas a los que se enfrenta en Oriente Próximo”, afirmó Ali Larijani, presidente del Parlamento iraní.
En la primera reacción de un alto cargo del Gobierno de Irán después que el secretario de Justicia estadounidense, Eric Holder, revelara los presuntos atentados que preparaban dos agentes al servicio de Teherán, Larijani dijo que todo es “una acusación inventada”. “Estados Unidos quiere desviar la atención de los problemas a los que se enfrenta en Oriente Próximo, pero no puede frenar el despertar islámico con esas excusas”, subrayó el parlamentario al referirse al caso, del que no han hablado aún ni el presidente iraní, Mahmoud Ahmadineyad, ni el líder espiritual el país persa, Ali Jamenei.
Holder informó el martes que Manssor Arbabsiar, de nacionalidad estadounidense, y el iraní Shakuri Gholam, trabajaban para el Gobierno de Ahmadineyad y estaban preparando “un importante acto terrorista” contra las embajadas de Arabia Saudí e Israel en Washington, en el que se contemplaba además el asesinato del embajador Al-Jabeir. El plan fue descubierto, explicó, cuando uno de los sospechosos, que se dice recibieron 1,5 millones de dólares de Teherán para concretar la acción, contactó con un agente secreto de la DEA, al que creyó miembro del cártel mexicano Los Zetas, en busca de asistencia para asesinar al diplomático saudí. Arbabsiar, detenido el pasado 29 de septiembre en Nueva York, confesó que trabajaba para la Guardia Revolucionaria de Irán, afirmó Holder, mientras Shakuri, radicado en Irán, sigue en libertad.
Tras conocerse la noticia, Estados Unidos aumentó sus presiones para conseguir sanciones adicionales de la comunidad internacional contra Irán y congeló los activos de la aerolínea iraní Mahan Air, a la que acusa de encubrir los viajes de los guardias entre Irak, Siria e Irán y de ayudarles a esquivar los procedimientos de seguridad que obligan a las compañías aéreas a declarar los nombres de sus pasajeros.
El Departamento del Tesoro extendió una orden que prohíbe a cualquier ciudadano o empresa estadounidense hacer negocios con la compañía y justificó su decisión argumentando además que sus aviones transportan armas para Hizbulá. Aunque no se refirió directamente al macabro plan revelado por Holder y que Washington ha considerado tan extraño que no descarta que sus responsables hayan actuado sin el consentimiento de Teherán, el líder supremo Ali Jamenei dijo la víspera en un discurso que Estados Unidos “intenta desviar la atención mundial del levantamiento de Wall Street” por grupos descontentos con la situación social y económica del país.
Esas protestas precipitarán el final del capitalismo, auguró y criticó “la represión policial” y “la pobreza, la desigualdad social y la corrupción al más alto nivel en Estados Unidos”. “Pueden desarticular este movimiento pero no podrán terminar con él”, añadió. “Al final crecerá y derribará a Occidente y al sistema capitalista”.
(Tomado de Prensa Spanish.china.org.cn)
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