6 de septiembre de 2011

Envían los Cinco mensaje a Giustino Di Celmo


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Giustino di Celmo exige justicia y libertad para los Cinco en el  Hotel donde mataron a su hijo.l

Giustino di Celmo exige justicia y libertad para los Cinco en el Hotel donde mataron a su hijo.l

Por: Acela Caner Román.
Fotos: Keyttia Pinton y Eugenio Suárez

Como cada año, desde el 4 de septiembre de 1997, Giustino Di Celmo regresa al hotel Copacabana, camina por sus salones, saluda a los empleados, abraza a los amigos. En el lobby, Giustino pone un beso en su mano y acaricia la tarja de bronce con el rostro de Fabio, víctima inocente de un crimen. La familia de Di Celmo, transida por el dolor, nunca ha dejado de exigir justicia y de reclamar el cese de las acciones terroristas contra Cuba.

En la tarde del lunes, los familiares de los Cinco antiterroristas cubanos injustamente encarcelados en Estados Unidos; la dirección del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP); la secretaria del Partido en el municipio Playa y los trabajadores del Copacabana, colmaron las instalaciones del hotel para rendirle homenaje a Fabio Di Celmo y a su padre, incansable luchador por la liberación de los Cinco.

Acto en el Hotel Copacabana.

Acto en el Hotel Copacabana.

Magaly Llort, madre de Fernando González, fue portadora de una placa de madera con un mensaje firmado por Gerardo Fernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, René González Schwerert, Fernando González Llort y Antonio Guerrero Rodríguez para el padre de Fabio Di Celmo.

En sus palabras, la madre del héroe destacó que, desde los inicios del movimiento por el regreso de los Cinco, Giustino Di Celmo prometió que su familia asumiría como suya la causa de estos jóvenes injustamente encarcelados. Así ha sido, el padre de Fabio y su hermano Livio, han cumplido esa promesa.

Un italiano de la AAIC expresa a Giustino su solidaridad.

Un italiano de la AAIC expresa a Giustino su solidaridad.

A pesar de su avanzada edad, Giustino realiza múltiples acciones para que todos conozcan los hechos interconectados con el asesinato de Fabio Di Celmo como prueba irrebatible del “estado de necesidad” que tiene el pueblo cubano de buscar información dentro de los grupúsculos terroristas para evitar nuevos crímenes. Giustino es incansable.

Por último, Magaly Llort leyó el texto grabado en la placa que sostenía entre sus manos:

Para Giustino Di Celmo
Con profunda gratitud por su apoyo a nuestra lucha por la justicia

Giustino muestra la placa que le enviaron los Cinco.

Giustino muestra la placa que le enviaron los Cinco.

Di Celmo agradeció la entrega. “Ningún dolor puede ser más grande que la muerte de un hijo y más aún cuando es causada por un hecho violento y cruel-dijo muy emocionado.

Duele pensar en todas las acciones terroristas contra Cuba. Duele pensar que Luis Posada Carriles, asesino probado y confeso de la muerte de mi hijo y de múltiples crímenes, camina libremente por las calles de Miami mientras que estos jóvenes que luchaban para que no se produjeran más actos terroristas en Cuba, guardan prisión.”

“Yo quiero pedir a todas las personas de buena voluntad que divulguen esta gran verdad y que le escriban al presidente de Estados Unidos para que libere a los Cinco cubanos antiterroristas. Ellos son hombres justos y la justicia no puede estar encarcelada. Si mi Fabio estuviera vivo, sé que le hubiese escrito una carta a Obama abogando para que fuesen liberados de inmediato”.

La placa de los Cinco para Giustino di Celmo

La placa de los Cinco para Giustino di Celmo

Las poesías de Antonio Guerrero, el reclamo de Cintio Vitier por la liberación de nuestros hermanos, llegaron en las voces de Carlos Ruiz de la Tejera y Jesús del Valle (Tatica). María Elena Pena cantó Lejos de Génova del compositor Manuel Agudín.

El acto terminó con el poema que Giustino Di Celmo escribiera aquel aciago día en que el más pequeño de sus hijos lo dejó para siempre:

A Fabio: mi hijo

Estabas aún en el
vientre de tu madre
y de alegría
lloré.

Eras un niño y
por tus fiebres y
tus caídas
lloré.

Eras un joven y
por el temor y la angustia
a la decisión de tu vida
lloré.

Cuando la bomba asesina
apagó tu joven vida
no tengo más lágrimas
para llorar.

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