Se llama Abdelhakim Belhaj. Un hombre muy valioso para al-Qaeda que se ha convertido en el máximo comandante militar libio en Trípoli, todavía desgarrada por la guerra, y seguramente hará añicos -una vez más- esa selva de espejos que es la “guerra contra el terror, y de la intervención “humanitaria” de la OTAN en Libia. (Fuente: Asia Times Online)
Cómo habrían de sentirse sobrevivientes y familiares de víctimas del ataque a las torres gemelas de New York del 11 de septiembre, tan próximo a su décimo aniversario, de llegar a saber lo que gigantes mediáticos ocultan, y sólo revelan medios alternativos. Cualquiera puede imaginarse la justificada reacción que merece, después que la propaganda oficial estadounidense tanto martilló sobre la culpabilidad de la organización terrorista como sumo del mal.
Pues nada, que si ese discurso sirvió para justificar la invasión a Afganistán y más tarde a Iraq, ahora se engaveta convenientemente para apoderarse de las riquezas naturales de Libia, y se echa manos, sin ningún escrúpulo, a quienes antes fueron etiquetados de enemigos públicos numero uno del imperio.
De acuerdo con la fuente citada, la fortaleza del líder libio Gadafi fue esencialmente invadida y conquistada la semana pasada por los hombres de Belhaj, integrados en una llamada Brigada Trípoli, entrenada en secreto durante dos meses por Fuerzas Especiales de Estados Unidos. Por sus actos los conoceréis.
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