El otro Borges (+ Video)

Lázaro Borges
Hace muy poco tiempo, Lázaro Borges era apenas un desconocido de apellido ilustre. Su garrocha no pretendía el cielo, y en su alma no parecía haber espacio para las ambiciones. Pero, insisto, eso fue hace poco tiempo.
En un abrir y cerrar de ojos, el muchacho se ha convertido en personaje. Es subcampeón del mundo, y logró su medalla a contrapelo de pronósticos y alcurnias, alcanzando una marca de 5,90 metros que jamás soñó cubano alguno.
Si hay nervios en su anatomía, los aplaca muy bien. Allá en Daegu, ante los ojos de este planeta azul, estaba como en otra dimensión, concentrado con esa capacidad impropia en los atletas inexpertos. Y al vencer los listones no fue hombre de mucho aspaviento: simplemente, se limitó a dejarnos ver su orgullo.
Él sabía que no entraba en ningún vaticinio sensato. Los expertos lo daban por un simple negrito cubano que aspiraba a colarse en la fiesta de Europa, y apostaron sus duros a otra gente. Ahí pifiaron. Este Borges, el otro, no es el mismo de hace un tiempo.
¿Habrá entrado en escena la versión negra de Bubka?
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